lunes, julio 19, 2010
EXPERIENCIAS RELIGIOSAS (En edición...)
DOS SOLES
Una tarde de invierno...
En el asiento de un bus halle dos soles...
Una moneda sobre la otra...
Era imposible no verla...
Pero nadie los vio...
Los cogí y los guarde en mi bolsillo...
Ni bien baje del bus...
Por la acera del frente...
Estaba ella, mujer blanca, bien vestida...
No parecía sufrir necesidades...
Sin embargo, se acerco y me pidió dos soles para sus pasajes...
Ella estaba embarazada, tal vez cinco meses o un poco mas...
Suelo ayudar gente, pero mi política es no dar todo a veces...
Así que solo le di un sol de los que encontré...
Ella me dijo sino tenia otro sol..., respondí que no...
Dio las gracias, partió suavemente a su destino...
Yo proseguía el mio, de pronto quede como congelado...
Pensé, Juan!..., esos dos soles que encontrastes no eran para ti...
Tu solo eras un medio, un instrumento...
Vi como se marchaba y no me atreví a llamarla y darle la otra moneda...
Seguía como congelado...
Y hasta hoy, cuando recuerdo esta escena...
Me pesa no haber dado la otra moneda que encontré...
Me pregunto si aquello era una prueba del creador y yo falle...
EL AGUA DE LA NADA (Aun en edicion)
En aquellos tiempos no resistía oír el sonido del balón y no salir a jugar...
Aún mi casa era pequeña y habían campos alrededor de ella...
Gaviotas y pelícanos solían aterrizar alrededor antes que llegáramos mas...
La imagen de cristo que tenia era la de un ser buenito, sabio, milagroso...
Era la imagen de películas, El Cristo épico, estrella de Hollywood.
Jueves y viernes santo las pase emulando a este Cristo...
Sábado de Gloria, después de unos partidazos con apuestas...
Después de Jugar y quedar hecho un hombre bañado en tierra...
abrí la ducha y no había agua...
Toda esa temporada había escases de agua...
y ninguna reserva, ni un pequeño balde con agua...
Frente al caño de granito, el de lavandería había un espejo...
Me observaba, lleno de tierra, pelo duro...
Abrí el caño salia aire, estaba seco...
Lance una oración de suplica, algo rimado...
Sr. te pido agua...
(No recuerdo lo que dije, creo no fui yo quien lo dijo...)
Abrí el caño y salio agua a chorros...
Me lave la cabeza, medio cuerpo...
Cerré el caño y cuando volví a abrirlo, salio solo aire seco...
Como si nunca hubiese salido agua...
EL NIÑO QUE LLORABA
Una tarde de invierno...
En el asiento de un bus halle dos soles...
Una moneda sobre la otra...
Era imposible no verla...
Pero nadie los vio...
Los cogí y los guarde en mi bolsillo...
Ni bien baje del bus...
Por la acera del frente...
Estaba ella, mujer blanca, bien vestida...
No parecía sufrir necesidades...
Sin embargo, se acerco y me pidió dos soles para sus pasajes...
Ella estaba embarazada, tal vez cinco meses o un poco mas...
Suelo ayudar gente, pero mi política es no dar todo a veces...
Así que solo le di un sol de los que encontré...
Ella me dijo sino tenia otro sol..., respondí que no...
Dio las gracias, partió suavemente a su destino...
Yo proseguía el mio, de pronto quede como congelado...
Pensé, Juan!..., esos dos soles que encontrastes no eran para ti...
Tu solo eras un medio, un instrumento...
Vi como se marchaba y no me atreví a llamarla y darle la otra moneda...
Seguía como congelado...
Y hasta hoy, cuando recuerdo esta escena...
Me pesa no haber dado la otra moneda que encontré...
Me pregunto si aquello era una prueba del creador y yo falle...
EL AGUA DE LA NADA (Aun en edicion)
En aquellos tiempos no resistía oír el sonido del balón y no salir a jugar...
Aún mi casa era pequeña y habían campos alrededor de ella...
Gaviotas y pelícanos solían aterrizar alrededor antes que llegáramos mas...
La imagen de cristo que tenia era la de un ser buenito, sabio, milagroso...
Era la imagen de películas, El Cristo épico, estrella de Hollywood.
Jueves y viernes santo las pase emulando a este Cristo...
Sábado de Gloria, después de unos partidazos con apuestas...
Después de Jugar y quedar hecho un hombre bañado en tierra...
abrí la ducha y no había agua...
Toda esa temporada había escases de agua...
y ninguna reserva, ni un pequeño balde con agua...
Frente al caño de granito, el de lavandería había un espejo...
Me observaba, lleno de tierra, pelo duro...
Abrí el caño salia aire, estaba seco...
Lance una oración de suplica, algo rimado...
Sr. te pido agua...
(No recuerdo lo que dije, creo no fui yo quien lo dijo...)
Abrí el caño y salio agua a chorros...
Me lave la cabeza, medio cuerpo...
Cerré el caño y cuando volví a abrirlo, salio solo aire seco...
Como si nunca hubiese salido agua...
EL NIÑO QUE LLORABA
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